Fundada en 1957 por un inmigrante vasco, Pedro Zubizarreta y su hijo Pedro, esta bodega familiar en Carmelo, una de las regiones vitivinícolas más interesantes de Uruguay, continúa elaborando vinos con tradición artesanal. Hoy, la tercera generación abre las puertas de su "Casa de Aitona" para recibir al visitante con sus mejores vinos y para compartir historias de vida en la centenaria casona que fuera hogar de sus mayores. En sus 38 hectáreas, cepas tales como Tannat, Cabernet Sauvignon, Merlot, Marselan y las más recientes Arinarnoa y Albariño, dan vida a vinos jóvenes, frutados que cuentan lo mejor de este terroir. Su más reciente creación, la línea Altagama, con pasaje por barricas de roble francés y un especial cuidado medioambiental que incluye certificación de sustentabilidad en sus viñedos, muestra que la pasión por la viña y su tierra continúa intacta a través del tiempo.